Las alternativas a los combustibles fósiles crecen, pero el mercado español del automóvil se muestra reticente al cambio
El sector de la automoción vive inmerso en una profunda transformación, debido a la llegada de las últimas tecnologías, que hacen que el escenario para la industria sea, cuanto menos, disruptivo. Además, 2023 supuso un antes y un después para el sector, que tuvo que hacer frente a los ‘coletazos’ de una crisis de suministros sin precedentes y a una inflación disparada.
Para conocer qué le depara al sector en este año que recién comienza, Capital habla con Félix García, director de Comunicación y Marketing de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac); José-Martín Castro Acebes, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER); Arturo Pérez de Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive); Ángel García, presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE) y Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2).
El sector, en cifras
El 2023 comenzó con el objetivo de conseguir una recuperación para el sector tras los diferentes ‘frentes abiertos’ que tuvo que abordar. En la medida en que se ha ido alcanzando una cierta estabilidad, en lo que al aprovisionamiento de componentes y materiales se refiere, la industria ha ido dando señales de mejora.
Desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) apuntan, por ejemplo, que las plantas de producción de vehículos instaladas en España fabricaron 2,04 millones de unidades en los primeros diez meses del año, lo que supone un aumento del 13,4% en comparación con el mismo periodo de 2022. Sin embargo, estos datos siguen representando un 14,6% menos que los de 2019, antes del estallido de la pandemia.
Y, aunque al cierre de esta edición aún no se sabía a ciencia cierta cómo cerrará el sector el año, en Anfac estiman que las fábricas españolas cerrarán el ejercicio de 2023 con un volumen en torno a los 2,4 millones de unidades, un 8,5% más que las de 2022 (2,21 millones).
Y es que debe tenerse en cuenta que la producción de vehículos a nivel mundial se vio afectada por la falta de semiconductores, luego la de piezas, la sequía en algunos países y el incremento del coste de la energía. “Es una ‘tormenta perfecta’ en medio de la transformación de las plantas hacia la producción de vehículos de bajas o cero emisiones”, recalca Félix García, director de Comunicación y Marketing de Anfac.
A esto, añade que lo que ha demostrado la industria de automoción, y, en especial, la española, es su capacidad de resiliencia y su flexibilidad para paliar los fallos en la cadena de suministro. “Este año se ha logrado estabilizar la llegada de componentes a las fábricas”, aclara García. Por otro lado, las ventas de turismos también han registrado un aumento del 17% en noviembre, con un total de 78.314 unidades vendidas.
Teniendo en cuenta que estos son los últimos datos que se conocen al respecto, desde Faconauto sostienen que se trata de un “registro que permite mantener la tendencia al alza de los últimos meses en comparación con el año anterior, en el que se registraron volúmenes muy bajos de ventas”.
Así, desde la patronal apuntan a que la estabilidad en la producción de vehículos ha permitido una mejor respuesta de cara a los puntos de venta. De este modo, en el acumulado del año se alcanzaron las 949.359 unidades vendidas, un 16,7% más que el año anterior.
“Es una cifra positiva, pero todavía lejos de superar el millón de unidades, objetivo de un mercado como el español, que se sitúa un 24,7% por debajo de 2019, previo a la pandemia”, señalan desde Faconauto.
Una de las variables que más daño ha hecho al sector durante los últimos años ha sido el precio de los carburantes. Sin embargo, en los últimos meses el precio de los combustibles ha experimentado lo que se conoce como una espiral bajista, y es que, por ejemplo, el precio del litro de gasolina se situaba, a finales de noviembre, por debajo de los niveles en los que estaba antes del estallido de la invasión rusa de Ucrania, aunque en el caso del gasóleo -diésel- se mantiene todavía por encima del precio de entonces.
Al respecto, el director de Comunicación y Marketing de Anfac, Félix García, explica que el precio de los carburantes siempre oscila y que hemos visto cómo la guerra de Ucrania provocó una fuerte subida: “No cabe duda de que cualquier alza en los precios puede influir en la decisión de compra de un producto, pero es difícil saber si ha influido en la marcha del mercado, porque este año vamos a cerrar en torno a las 950.000 unidades matriculadas, lo que supondría un crecimiento de doble dígito respecto a los 814.000 turismos vendidos en 2022”.
En cuanto a los datos de renting, al cierre de noviembre de 2023, las matriculaciones de vehículos registradas por las compañías de renting se cifran en 269.402 unidades, un 17,89% más que en el mismo período de 2022, según la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER).
El peso del renting en el total de las matriculaciones es del 26,24%, mientras que, a noviembre de 2022, era del 26,31%. Asimismo, en noviembre se matricularon en el sector del renting 24.426 vehículos, frente a los 23.608 que se registraron en el mismo mes de 2022. Un aumento del 3,46%.
En este sentido, el presidente de la AER, José-Martín Castro Acebes, argumenta que, en un momento de incertidumbre económica, tecnológica, social y normativa, el renting proporciona seguridad y simplifica las decisiones.
“En los últimos años y gracias, en parte, a la crisis vivida en 2008 y a la propia pandemia, el renting se ha flexibilizado. Ha sido creativo en la búsqueda de soluciones de movilidad para sus clientes y esto le confiere un enorme atractivo”, señala Castro, a lo que añade que los clientes tienen la certeza de estar tomando “la mejor decisión” y encuentran en este servicio la confianza y la seguridad que necesitan en su toma de decisiones.
El precio, una variable diferencial
La inflación no solo ha afectado a los carburantes, sino que la subida de precios ha tenido su impacto en toda la industria del automóvil. Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio de los coches de combustión se ha incrementado en un 40% entre 2018 y 2023, un porcentaje que supera con creces al IPC de ese período, que se sitúa en el 15,3%.
De este modo, desde Faconauto señalan que llama la atención que esta subida no se haya producido únicamente en los modelos más lujosos, sino que también se ha hecho notar en los vehículos más económicos. Así, comprar un coche nuevo en España por debajo de la horquilla de los 10.000 euros ya no es factible.
El mencionado informe pone el foco en la subida de precios de los coches con motores tradicionales, puesto que son los que mayores incrementos han sufrido. En cuanto a las motorizaciones híbridas, estas han podido contener el incremento exacerbado de precio. Sin embargo, los eléctricos han registrado una bajada de precio del 6 %.
Asimismo, desde Faconauto reconocen que la perspectiva de futuro para el consumidor no es buena, ya que las subidas del precio de la energía, el gas y la electricidad derivan en que producir coches resulte más caro: “De hecho, en 2021 fabricar un vehículo en España era un 6% más barato respecto a 2022. El encarecimiento de las materias primas, como el acero, el vidrio o el caucho, ha hecho mella en el sector, provocando que los fabricantes de componentes también se vean obligados a incrementar precios”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE), Ángel García, argumenta que, en el caso del coche eléctrico, el problema no está en el precio en sí, sino en que la sociedad sigue viendo el coche eléctrico como una alternativa y no como una necesidad.
En consonancia con la subida de los precios, cabe preguntarse cuál es la mejor opción para el consumidor. En palabras de José-Martín Castro Acebes (AER), en situaciones adversas, el renting ayuda a paliar los efectos más duros, porque, por ejemplo, permite planificar el gasto destinado a la movilidad de una forma clara y sin sorpresas, “algo muy importante en momentos de incertidumbre”. Además, añade, gracias a la economía de escala, el renting puede ofrecer cuotas competitivas con todos los servicios integrados.
Otra de las opciones que se plantea y que cada vez tiene más defensores es el hidrógeno. Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), defiende que a los precios actuales en los que producen el hidrógeno renovable en España, recorrer 100 km por carretera utilizando hidrógeno como combustible es más económico que recorrer esa misma distancia empleando gasolina.
Y hablar de precio también es hablar de los fabricantes asiáticos. Según destaca un informe de Coches.net, la principal razón que explica el éxito de las marcas chinas en el mercado español es su precio: más del 95% de los concesionarios en España ve el precio como un factor decisivo a la hora de comprar un coche de marca china.
Frente a esto, hay que preguntarse si Europa es capaz de competir con los fabricantes asiáticos o no. Desde la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) pronostican que los fabricantes alemanes de automóviles podrán producir “pronto” utilitarios eléctricos a un precio de 25.000 euros en Europa, gracias a la caída de los costes de producción y de los precios de las baterías para 2025.
En este sentido, Arturo Pérez de Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) argumenta que el de la automoción siempre ha sido un mercado de competencia global y que esta situación ya se vivió años atrás, con la llegada al mercado europeo de competidores coreanos y japoneses, por lo que “debemos aprender del pasado”.
“Impedir o dificultar la entrada de competidores procedentes de otros mercados no es la mejor solución, si bien hay que gestionar que los productos con los que tiene que competir la industria europea cumplan con criterios de equidad en cuanto a la huella medioambiental. También hay que dotar a la industria europea del apoyo necesario que permita competir con garantías frente a productos procedentes de otras regiones, ofreciendo lo que pide el mercado, que al final es el que manda”, defiende Pérez de Lucia (Aedive).
La ventaja que tenemos en Europa, y, concretamente, en España, continúa, es cualitativa en cuanto a las capacidades de las fábricas y de los profesionales del sector, altamente competitivos. “Sabemos hacer vehículos y, por tanto, tenemos una base sólida que, con el apoyo público necesario, podrá competir con cualquier otro mercado”.
Y al respecto, la Comisión Europea (CE) también se ha pronunciado. A finales del pasado septiembre, su presidenta, Ursula Von Der Leyen, anunció que lanzaría una investigación contra China por las ayudas ilegales que concede a la producción de vehículos eléctricos, ya que lo considera una “práctica desleal” que distorsiona el mercado de la Unión Europea. La líder alemana hizo referencia a un programa que otorga exenciones fiscales a aquellos consumidores que adquieran vehículos eléctricos hasta 2027.