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Opinión

Por Andrés Macario

Se acabó el hermetismo 

Andrés Macario, de Vacolva, analiza el cambio de estrategia de Arabia Saudí, centrada en acabar con el hermetismo del país

Adiós al hermetismo que hasta ahora reinaba en la monarquía árabe. La dinastía saudí Bin Salman se considera ella misma una autentica potencia mundial, y no están desencaminados. El país del Golfo pretende modelar la economía mundial en 2030. Estamos hablando del mercado económico más potente de Oriente Próximo, que, poco a poco, desea reconfigurar el orden mundial a través de la exportación de crudo, de patrocinios desorbitados y de inversiones estratégicas. Recordemos que Arabia Saudí tiene una de las mayores reservas de ‘oro negro’ y, además, es el mayor exportador del mundo del mismo. 

Así que no nos queda más remedio que asumir que los tenemos en la puerta. El cambio de estrategia de los saudíes se enmarca en el año 2030 y su famosa agenda que pretende reconfigurar los intereses macroeconómicos de todas las potencias mundiales, incluyendo el nuevo engranaje de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que, poco a poco, se ha convertido en la nueva competencia de Occidente porque, con las futuras nuevas adhesiones, este grupo tendrá cerca del 42% de la población mundial bajo su influencia. 

Desde hace poco menos de diez años, la política comercial exterior de Riad ha dado un giro de 180 grados y la guerra de Yemen, que ha favorecido el capital de las empresas saudíes y en la que están directamente involucrados, ha impulsado el crecimiento de la dinastía saudí. El tsunami expansionista de los sauditas avanza lento, pero a pasos agigantados. Cada vez que se embarcan en un nuevo proyecto, suele ser uno a gran escala y de inversiones profundas y a largo plazo. Invierten con cabeza -y con muchos millones, claro-. 

No obstante, la compra del 4,5 % del capital social de Telefónica, más otro 5 % en derivados convertibles en acciones, por parte de Saudi Telecom (STC), es una operación que ronda los 2.100 millones. Pero este movimiento no es repentino, ya que viene fraguándose desde hace tiempo. Desde el Gobierno aseguran que este movimiento lleva el sello fair play, ya que no supera el 10% a partir del cual el Estado intervendría mediante un escudo ‘antiopas’ para proteger a las empresas del Ibex 35. De todas maneras, en el Ministerio de Defensa no ha sentado bien que SCT se haga con el mayor accionariado de Telefónica. 

“Arabia Saudí pretende internacionalizar sus intereses hacia otros mercados como el latinoamericano, mientras su competencia se centra en los países asiáticos”

No obstante, Telefónica es una empresa estratégica cuya actividad está relacionada, en parte, con la gestión de datos y con la ciberseguridad y, además, emplea tecnología para uso civil y militar. Es aquí donde Arabia Saudí quiere hacerse fuerte en el campo de las tecnologías emergentes y confía en la capacidad de Telefónica de crear valor en este campo, aunque en los últimos meses haya sufrido pérdidas bursátiles. No obstante, para Arabia Saudí no supone un esfuerzo titánico invertir en Telefónica. 

Esta operación, que ha salpicado el mercado español hace unas semanas y ha puesto en duda la legalidad de este movimiento, no sorprende, dado que los sauditas ya habían intentado acercarse a otras compañías de telecomunicaciones en Europa, concretamente, en Italia. El país del Golfo pretende así internacionalizar sus intereses y apuesta por Telefónica porque le sirve de trampolín hacia otros mercados, dentro y fuera de Europa, como el latinoamericano, mientras su competencia se centra en los países asiáticos.  

Las inversiones de Arabia Saudí, pues, se han centrado en Telefónica, pero no sólo por eso. La compañía española tiene el precio de las acciones muy bajo desde la crisis sanitaria del Covid, pero este aliciente no pertenece solo a la propia Telefónica, sino que es un factor generalizado del mercado de las telecomunicaciones dada la excesiva oferta de teleoperadoras que existe en España.  

Aun así, Arabia Saudí ingresará casi más de 150 millones de euros en dividendos cada año, por lo que sus inversiones en la bolsa española están bien encaminadas. 

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