La posible prórroga del impuesto especial para las energéticas y la banca podría afectar a numerosos proyectos y a empresas como Repsol, Endesa, Banco Santander o BBVA
La inestabilidad regulatoria de los últimos tiempos ha puesto una vez más sobre la mesa la posibilidad de que las empresas españolas decidan echar el freno en lo que a las inversiones de capital privado se refiere.
En concreto, el impuesto especial para las energéticas y la banca, vigente actualmente para este año y 2024, ha recogido por el acuerdo programático lanzado por el PSOE y Sumar para un posible Gobierno de coalición y podría afectar a numerosos proyectos y a empresas como Repsol, Endesa, Banco Santander o BBVA, entre otras.
La inestabilidad en el caso de las energéticas
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, se mostró este martes totalmente en contra de cualquier prórroga del gravamen vigente actualmente sobre las energéticas y la banca, tal y como proponen PSOE y Sumar, ya que es «discriminatorio e injustificado» y «no sigue la legislación y la regulación europea”, a lo que añadió que la eléctrica seguirá recurriéndolo ante los tribunales.
Así, Bogas indicó que «si este impuesto especial es discriminatorio frente a los derechos de las empresas europeas, no tiene sentido continuar con eso», y que desde Endesa seguirán apelando.
“El impuesto a las energéticas es discriminatorio para las eléctricas españolas, ya que disminuye nuestra capacidad de inversión respecto a otros actores europeos»
JOSÉ BOGAS (CONSEJERO DELEGADO DE ENDESA)
El directivo destacó que, en primer lugar, cuando se habla de «readaptar y mantener» este impuesto -que ha supuesto un impacto de unos 208 millones de euros para la compañía en este ejercicio-, que en el caso de las energéticas se aplica durante 2023 y 2024, gravando el 1,2% de la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones euros excluyendo los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares, habrá que ver «qué significa esa readaptación».
De igual forma, reiteró la desventaja competitiva en la que se encuentra España frente al mercado europeo: “Es discriminatorio para las eléctricas españolas, ya que disminuye nuestra capacidad de inversión respecto a otros actores europeos. Tenemos una desventaja competitiva en términos del mercado europeo, y esto no tiene sentido», dijo.
Por ello, consideró que se debería «centrar» todo el potencial en el desarrollo de las renovables y reforzar las redes de distribución para abordar la transición energética.
En el caso de Repsol, la compañía ha advertido que mantendrá en “stand by” el llevar a cabo el proceso inversor en algunos de sus proyectos industriales en distintas zonas hasta contar con unas condiciones estables y suficientemente atractivas para garantizar su rentabilidad.
Y esto significa que, según ha podido saber Europa Press, Repsol dejaría en el aire inversiones cercanas a unos 1.500 millones de euros en proyectos en cartera del grupo en Euskadi, Tarragona (Cataluña) y Cartagena (Murcia).
«Vamos a analizar detenidamente cuál es el marco regulatorio y fiscal antes de tomar nuevas decisiones de inversión en la geografía española»
JOSU JON IMAZ (CONSEJERO DELEGADO DE REPSOL)
En este sentido, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz afirmó que la compañía ya contaba con otras alternativas, como Portugal, donde podría tener actividad internacional en su negocio industrial.
«Vamos a analizar detenidamente cuál es el marco regulatorio y fiscal antes de tomar nuevas decisiones de inversión en la geografía española. Porque tenemos que proteger, ante todo, a nuestros accionistas, a nuestros empleados», explicó.
Cabe recordar que Repsol es el primer productor y consumidor de hidrógeno en España, con una producción en sus complejos industriales de unas 360.000 toneladas de hidrógeno al año, lo que representa casi el 60% de la demanda nacional.
El impuesto a la banca que desincentiva la inversión
Los grandes bancos españoles también se enfrentan a la posibilidad de que el gravamen que actualmente se encuentra en vigor, prosiga con el posible Gobierno del PSOE y Sumar.
Al respecto, la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, defendió este martes el pago de los impuestos, aunque considera que, si son elevados, estos pueden suponer un desincentivo a la inversión. «No es ciencia cuántica. Hay que pagar impuestos, pero si se paga demasiado la gente se marcha», ha señalado en concreto.
«hay personas y empresas que están pagando más del 50% de sus ingresos al Gobierno, lo que supone una falta de incentivos”
ANA BOTÍN (PRESIDENTA DE BANCO SANTANDER)
Así, Botín afirmó que, en España, hay personas y empresas que están pagando “más del 50% de sus ingresos al Gobierno, lo que supone una falta de incentivos”, no solo para los residentes en el país, sino para los inversores extranjeros.
Y esto no es solo una opinión de la presidenta de Banco Santander. Desde que se anunciara el impuesto a la banca en julio de 2022, el sector bancario se ha mostrado en contra, defendiendo que pagan «demasiados impuestos», que se trata de una medida que puede reducir la concesión de crédito y de que, además, estaría mal diseñado por gravar ingresos, y no beneficios. De hecho, tanto patronales bancarias, como las propias entidades, han recurrido ante la Audiencia Nacional este impuesto.
Algo en lo que también ha hecho hincapié el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, quien ha criticado de nuevo el impuesto extraordinario a la banca, especialmente en lo referente a que instaura una idea de que las normas son cambiantes, lo que tendría efectos sobre la inversión.
¿Quién va a invertir en un entorno en el que cambian las normas?»
ONUR GENÇ (CONSEJERO DELEGADO DE BBVA)
El impuesto «crea está noción de que las reglas no hacen más que cambiar», indicó el ejecutivo durante una rueda de prensa celebrada este martes, a lo que añadió que «España necesita inversiones. ¿Quién va a invertir en un entorno en el que cambian las normas?», se ha preguntado el primer ejecutivo de BBVA tras ser preguntado por el impacto del impuesto en la banca
Asimismo, Genç insistió en que el gravamen «es malo para España», independientemente de los bancos y del propio BBVA. «Cuando tenemos más capital, extendemos más créditos a la sociedad, financiamos a más empresas, financiamos más inversiones”. De esta forma, indicó que reducir el capital del banco provocará menos crédito, menos inversiones en la sociedad y menos inversiones en España, que es lo que el país «necesita ahora», en su opinión.