«Los factores ESG son elementos clave para atraer a los mejores inversores y para potenciar la actividad económica»
La importancia que las empresas le dan a los aspectos sociales y medioambientales ha crecido exponencialmente en los últimos años, en línea con el cambio de la sociedad. Esto influye de forma directa en la gestión, ya que los equipos directivos implementan los criterios ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo) con un doble objetivo: cuidar el impacto de la compañía en su entorno y mejorar la visibilidad de marca.
Capital pone ‘Cara a Cara’ a Juan Alfaro, secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad, y a Sergio Brihuega, CEO y fundador de Sygris, para estudiar cómo están implementando las empresas los criterios ESG y el impacto que están teniendo en el entorno corporativo.
¿Cuál es la importancia de los criterios ESG a la hora de planificar la estrategia empresarial?
Juan Alfaro: Hoy en día no se puede consolidar ninguna estrategia empresarial que no incluya los aspectos ambientales y sociales. A día de hoy es un tema crítico, no solamente enfocado en la competitividad de las empresas, sino en la demanda creciente de la sociedad de empresas más responsables. De hecho, actualmente las empresas que buscan un mejor posicionamiento están trabajando para mejorar e incrementar su reputación en estos temas, sin olvidar que hay una demanda real desde el punto de vista financiero para que las empresas opten por integrar estos componentes estratégicos.
Sergio Brihuega: Hoy en día, los criterios ESG son un factor clave para garantizar la sostenibilidad de una empresa, sea grande o pequeña. Por ello, es crucial que las organizaciones comprendan los retos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo a los que se enfrentan y elaboren estrategias adecuadas para abordarlos.
Está más que demostrado que integrar criterios ESG en una estrategia empresarial tiene múltiples beneficios, tanto a corto como a largo plazo. Por si todavía hay alguien que dude de la relevancia de estos criterios, hablar de reputación; de control y mitigación de riesgos; de ventajas competitivas frente a la competencia; de reducción de costes; de atracción y retención del talento o de nuevas oportunidades de inversión, son solo algunos ejemplos, entre otros muchos, de estos beneficios.
Las empresas que actúen en contra de estos criterios van a tener muy difícil seguir prosperando, ya que el propio mercado es el que va a ir expulsando a aquellas que no respondan a las exigencias de sus grupos de interés. El verdadero riesgo es no integrar los criterios ESG dentro de una estrategia empresarial.
¿Qué métodos usan las empresas para medir si se están siguiendo estos criterios?
J.A.: El método más básico y práctico que estamos encontrando, aparte de los balanced scorecards (cuadros de mando integral) de las compañías, es la recopilación de información vía reporte no financiero, que les permite trazar métricas para establecer el avance de la organización en esta materia.
S.B.: Gobierno, control y muchos datos. Sin datos, no puede haber una toma de decisiones objetiva y acertada. Una vez que la empresa ha establecido su estrategia, debe evaluar y monitorizar de forma periódica las acciones que lleva a cabo para comprobar si está avanzando adecuadamente, o no, hacia las metas que se ha propuesto.
«Es fundamental que la sociedad perciba a las empresas como un motor necesario para el cambio»
Sergio Brihuega, CEO y fundador de Sygris
Este proceso debe ser continuo y accesible a todas las partes interesadas, ya que, en caso de no estar alcanzando los objetivos, debe poder implementar de forma rápida medidas correctivas. Todo ello requiere disponer de información sólida y actualizada sobre la situación en la que se encuentra la empresa en todo momento. En este marco, las soluciones tecnológicas como Sygris permiten disponer de un sistema de seguimiento y medición del papel de los criterios ESG dentro de la organización.
¿Cómo se implementan dentro de la cultura empresarial?
J.A.: A mi parecer, se implementan con un mandato claro del CEO como máximo dirigente, haciendo entrever que es un tema claramente estratégico. Este proceso es liderado por la dirección y el consejo de administración, que al final son los que aprueban y fiscalizan las estrategias ESG en las compañías y permeando esta cultura a todos los empleados. Esto tiene que venir en parte porque a muchos de ellos les afectarán las propias actividades por las áreas en las que desarrollen sus tareas, y, por otra, a través de una formación directa a toda la plantilla de personal en torno a estos temas.
S.B.: El primer paso es saber, como compañía, dónde te encuentras y cómo puedes mejorar. Uno de los principales obstáculos con el que se topan las empresas a la hora de implementar los criterios ESG en su operativa y en su cultura corporativa, es que no saben por dónde empezar. Desconocen el proceso o no tienen las herramientas necesarias, seguramente, porque hasta hace pocos años, no se entendía el impacto que acaba teniendo en el resultado del negocio. Es vital que cualquier directivo comprenda la importancia que tiene -y las ventajas que aporta- desarrollar una estrategia de sostenibilidad.
Por suerte, esta mentalidad está cambiando. Hoy en día, son cada vez más las organizaciones comprometidas con implementar criterios ESG en su cultura, así como conscientes de la necesidad de involucrar a toda la organización para lograrlo. En este sentido, todas las áreas y departamentos deben conocer y estar alineados con las necesidades y con los objetivos marcados. No es algo propio de un departamento aislado.
Asimismo, es necesario explotar todas las herramientas disponibles. Por ejemplo, es clave mantener una comunicación constante y fluida con todos los grupos de interés, ya sean empleados, clientes, proveedores, inversores o sociedad en general.
¿Existe alguna relación entre la implementación de los ESG y el volumen de inversión que recibe una empresa? En otras palabras, ¿los inversores tienen en cuenta esta característica en sus decisiones y proyectos?
J.A.: Nosotros hacemos una medición todos los años en un estudio que elaboramos con Georgeson, que es el Informe del Observatorio ESG. Lo que vemos es que los inversores institucionales están valorando cada día más valores relacionados con la diversidad; con la economía circular; con la ciberseguridad; con la biodiversidad; con el cambio climático; y otros que tienen que ver con aspectos puros de gobierno corporativo; con la retribución del equipo de dirección, etc. Por lo tanto, vemos que ya está en el centro de la valoración y de la tracción del capital, y que con lo cual son elementos clave para atraer a los mejores inversores y para potenciar la actividad económica de la compañía.
«Las empresas que actúen en contra de estos criterios van a tener muy difícil seguir prosperando»
Sergio Brihuega, CEO y fundador de Sygris
S.B.: Hoy en día, la mirada de los inversores está fija en aquellas empresas que tienen una estrategia de negocio basada en criterios ESG. Esto no es una moda, es una realidad que muestra un cambio en la conducta de las inversiones y que está determinando el modo en que ciertos vehículos financieros se comportan en los mercados.
En este sentido, que una empresa acierte a la hora de identificar, gestionar y medir los criterios ESG dentro de su estrategia, no solo tiene impacto en las condiciones de financiación e inversión, sino que incluso determina su capacidad para obtenerlas.
¿Cree que hacen falta más incentivos públicos para fomentar la adopción de criterios ESG en el entorno corporativo?
J.A.: Yo creo que hay bastante legislación ya en la materia desde el punto de vista medioambiental, social y económico, si bien es cierto que sí que ayudan en cierta medida las políticas públicas que se establezcan para potenciar este movimiento. Pero yo creo que la empresa, en este sentido, ya está autorregulándose, trabajando sobre las mejores prácticas empresariales y poniendo en marcha las metodologías que se publican a nivel nacional e internacional.
S.B.: Ya existen varios incentivos de este tipo, pero creo que todavía no son suficientes; se necesitan muchos más. En este sentido, es importante que los gobiernos y los organismos públicos continúen fomentando la implementación ESG en la estrategia corporativa. Es necesario el establecimiento de un marco legal estable e igualitario para todas las empresas, que use un lenguaje común y que permita la estandarización de métricas y procesos en las tres dimensiones ESG y en la forma de relación publico/privada.
Para ello, es importante que las Administraciones Públicas reconozcan las mejores prácticas y premien los esfuerzos a través de las herramientas de inversión y fiscalización que poseen. De esta forma, las empresas verán un incentivo diferenciador a la hora de incorporar la ESG en su estrategia.
Por último, no debemos olvidar que la formación es el gran aliado para consolidar los cambios en la cultura organizativa. Debemos conseguir que esta visión sea promovida desde los máximos dirigentes de las organizaciones para consolidar los compromisos.
¿Cuáles son las diferencias entre las pequeñas empresas y las grandes empresas a la hora de implementar los criterios ESG? ¿Hay algún criterio que resulte más fácil/difícil de seguir dependiendo del tamaño de la entidad?
J.A.: Pienso que las grandes empresas fueron las que empezaron a trabajar antes en esta materia. Esto hace que las pymes, por propia voluntad o porque responden a los requerimientos que ponen las grandes empresas para las que trabajan, estén ya trabajando en los aspectos ESG como aspectos estratégicos. En esto también influyen los condicionantes de compras, que están requiriendo unas exigencias en ciertos temas sociales o medioambientales.
Por otra parte, estamos viendo que las nuevas normativas relativas al reporting van a hacer que las empresas de más de 250 empleados tengan que preparar sus informes extra financieros, y, por lo tanto, esto va a ser la mejor forma de aproximar a las pymes a este movimiento. Yo creo que los criterios más fáciles, porque los establece la propia legislación, son los criterios relacionados con el cumplimiento de los aspectos ambientales y sociales.
S.B.: La primera gran diferencia es la regulación, que afecta de forma diferente en función del tamaño y del sector de la empresa. Adicionalmente, encontramos divergencias en lo relativo a los recursos. Las grandes empresas cuentan, a menudo, con más recursos, tanto financieros como de personal. En el lado contrario, las pequeñas y medianas empresas disponen de recursos más limitados y necesitan priorizar algunas cuestiones sobre otras.
Atendiendo a la segunda pregunta, en mi opinión, sí que hay criterios ESG que pueden resultar más fáciles o difíciles de implementar según el tipo de empresa. Por ejemplo, respecto a la “E” de medioambiente, una empresa grande tiene más impacto y, por tanto, más presiones a la hora de controlar y disminuir sus emisiones. También sus cadenas de suministro son largas y complejas, lo que dificulta el aseguramiento de estándares medioambientales, sociales y laborales.
¿Hay alguna diferencia respecto a la importancia que se le da a los criterios individualmente o son todos de igual relevancia?
J.A.: Depende de los sectores empresariales. Depende de la actividad a la que se dedique una compañía, pues unos tendrán más relevancia que otros. No será el mismo impacto el que tendrá una cadena hotelera, que el que causa una compañía industrial.
«Hay una demanda real desde el punto de vista financiero para que las empresas integren los factores ESG»
Juan Alfaro, secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad
S.B.: Hasta hace relativamente poco tiempo, cuando poníamos el foco sobre la Sostenibilidad, la “E” de medioambiente pesaba mucho más que los temas sociales o de gobierno corporativo. Sin embargo, esto está cambiando, en gran medida debido a las cada vez mayores exigencias en todos los ámbitos ESG por parte de inversores, consumidores y otros grupos de interés.
Es fundamental que la sociedad perciba a las empresas como un motor necesario para el cambio. Por tanto, podemos afirmar que los criterios ESG son interdependientes y están todos estrechamente relacionados entre sí.