El empresario considera que «Las diferencias salariales entre mujeres y hombres son prácticamente mínimas comparadas con las que hay entre jóvenes y adultos»
Tras una carrera de casi 30 años en The Coca-Cola Company, donde llegó a ocupar el puesto de presidente en la región Iberia durante 14 años y el vicepresidente a nivel mundial, Marcos de Quinto es uno de los empresarios españoles más reconocidos.
En los últimos años, ha diversificado su actividad en el sector privado con apuestas en el ámbito audiovisual y de medios de comunicación, e incluso la logística, y también hizo una incursión en política como diputado de la mano de Ciudadanos. De Quinto, liberal reconocido y con un perfil muy crítico, analiza con Capital algunas claves de la actualidad como las reformas laboral y fiscal, el elevado precio de la luz o la gestión de los fondos europeos por parte del Gobierno.
Usted ha vivido en los últimos años a caballo entre dos mundos, el de la empresa privada y la política. ¿Qué enseñanzas del mundo empresarial cree que deben ser aplicables al sector público?
Pienso que una gran corporación tiene mucho que ver con cómo gestionar una comunidad de vecinos o con gestionar un país, porque, al final, de lo que se trata es de hacer cosas para mejorar la vida de la gente y hacerlas de la manera más eficaz al menor coste posible. Hay grandísimas similitudes y creo que uno de los problemas que tienen muchos políticos es que no saben gestionar o nunca lo han hecho.
Eso termina por ser un problema para los ciudadanos. Muchos saben hacer diagnósticos y crítica, pero, posteriormente, cuando les das dinero y poder, no saben ni por dónde empezar.
Usted califica la reforma laboral como “contrarreforma laboral”, ¿cree que es el marco del mercado de trabajo que necesita España?
No, por supuesto que no. La reforma laboral hay que modificarla avanzando, no yendo hacia atrás, al modelo anterior a la reforma de 2012. Las últimas modificaciones, pocas, afortunadamente, son pasos atrás. Los cambios que hacen referencia a la negociación colectiva suponen una vuelta al modelo inicial, en vez de avanzar en su flexibilización, que es lo que realmente hace que los países puedan rebajar sus tasas de paro.
Una flexibilidad muy grande como la que tiene Estados Unidos hace que allí prácticamente no exista el desempleo. Si lo que queremos es luchar contra el desempleo, éste no se combate con rigideces.
¿En qué se equivoca España para tener un 29,2 % de tasa de paro juvenil, muy por encima de la media de la Eurozona (15,5 %)?
Estoy absolutamente asombrado respecto al tema de los jóvenes. Se habla mucho de la brecha salarial y de las diferencias entre mujeres y hombres, y la verdad es que las diferencias entre mujeres y hombres son prácticamente mínimas comparadas con las que hay entre jóvenes y adultos. Cuando se observa la brecha salarial por el mismo trabajo, la diferencia entre géneros es muy pequeña comparada con la diferencia por el mismo trabajo entre juniors y seniors. La legislación laboral es discriminatoria hacia los jóvenes.
Muchos adultos protestan por las pensiones, pero, según el Banco de España, los pensionistas actuales se están llevando, de media, un 75% más de lo que ingresaron. Por el contrario, existen dudas de que los jóvenes puedan recuperar el 100% de lo que van a poner en su vida laboral. Más que la lucha entre sexos, que a veces se inventa la izquierda, aquí hay una lucha generacional donde una parte que son los jóvenes no se han enterado todavía porque los tienen despistados. Es una juventud que a mí me tiene muy descolocado. El nivel de incultura económica de los jóvenes de hoy es impresionante. Hay una docilidad excesiva yo creo.
¿Deberían aprender los jóvenes más economía desde la escuela?
Sí, pero a la izquierda lo que le interesa es que los jóvenes sepan mucho de la memoria histórica que ellos fabrican y que no sepan de economía. Así no les sacan del gobierno a patadas. Despedir a un joven que tiene menor experiencia es menos gravoso. Al tener menos años de experiencia y menos sueldo por igual trabajo, a una empresa que tenga que reducir masa salarial por cuestiones económicas le sale más a cuenta despedir a un joven que a una persona de mayor edad. Esta última puede ser incluso menos efectiva que la otra, pero su despido es mucho más caro.
¿Cree que la edad de jubilación debería retrasarse aún más para garantizar la sostenibilidad del sistema laboral y de pensiones?
Pienso que, para que sea más sostenible, tiene que liberalizarse lo máximo que se pueda. Que la gente trabaje hasta la edad que quiera, que el ciudadano se administre, se le cobren menos impuestos y que él mismo sea el que vaya organizando sus expectativas. Que la gente que esté dispuesta a trabajar solamente tres horas al día o cuatro días a la semana pueda hacerlo, a cambio, obviamente, de una menor remuneración, pero que haya mayor flexibilidad.
No todos somos iguales, deberían existir todas las modalidades posibles y toda la flexibilidad, eso es lo que va a hacer que mucha población pueda acceder al mercado laboral y ser más interesante, tanto para empresas como para trabajadores.
«El autoconsumo es una utopía de niños ricos de izquierdas»
¿Cómo afectará a la larga al empleo y a las empresas el desorbitado precio de la luz, que ha experimentado un crecimiento anual del 40%?
Fatal. El precio de la luz y la energía es un coste más que tienen las empresas. España siempre ha tenido una desventaja competitiva por el tema energético. Las compañías que se han planteado en algún momento instalarse en España lo han hecho pensando que existen determinadas ventajas, pero en cuanto a pros y contras, históricamente el coste energético ha sido aquí muy superior. Y ahora no solo es superior, sino que se está disparando de una manera escandalosa.
Nosotros competimos fabricando productos, por ejemplo, con países como Francia, en el que su coste energético es sensiblemente inferior. Y esto se debe a una estructura energética distinta a la nuestra, porque han apostado por las nucleares, las cuales ya en Europa son consideradas como es energía verde. Aquí se llevan unas políticas basadas en una ideología casposa.
Estamos condenados a pensamientos pasados. Si no podemos utilizar el carbón ni la energía nuclear, tendremos bastantes problemas, porque las renovables no van a dar suficiente capacidad energética para un país que necesita crecer. Si eso es la arcadia feliz de la izquierda, echaremos el cierre como país.
¿Cree en el autoconsumo?
Por supuesto. Perfectamente. La única cuestión es que ese autoconsumo lo puede disfrutar alguien que pueda tener una finca y pozos excavados, colmenas o caza alrededor. Además, si esa persona tiene dinero para forrar el tejado de la casa de su finca de placas solares, podría ser independiente energéticamente y también respecto al tema de agua. Ahora, ¿cuánta gente que vive en el cinturón industrial de grandes capitales de provincia tiene posibilidades para eso? El autoconsumo es una utopía de niños ricos de izquierdas.
¿Las políticas de lucha contra el cambio climático mantendrán los precios de la energía elevados durante más tiempo?
Se puede luchar contra el cambio climático abriendo centrales nucleares. De esta forma, estás luchando y, al mismo tiempo, estas abaratando la energía. Esa ecuación de que la lucha contra el cambio climático se realiza con energías más caras es algo que nos están intentando meter en la cabeza de una manera equivocada, pero no encaja con lo que dice la ciencia. Es muy gracioso. Lo que dice la ciencia para ellos es sagrado en algunos aspectos, pero cuando viene el tema de la energía, entonces, no, lo cual responde a su ideología cavernícola.
Usted dijo recientemente en una entrevista que “lo políticamente correcto es horroroso. Va a acabar con las empresas”. ¿A qué se refiere con lo “políticamente correcto”?
Lo políticamente correcto puede acabar con todo porque lo que hace es estigmatizar a quien puede tener una posición crítica sobre las cosas. El mundo y las sociedades han avanzado porque alguien ha dicho algo contrario a lo establecido. Eso es lo que hace que la gente se plantee que hay otra forma de hacer las cosas. Tener ese elemento crítico enriquece mucho y es lo que lleva al progreso.
La desobediencia lleva al progreso. Cuando te encuentras con sociedades dóciles donde todo el mundo dice y piensa lo mismo, y el que no lo piensa, se lo calla porque sabe que decir lo contrario a lo que está establecido te puede etiquetar, significa que esa sociedad es cada vez más represora. Es una desgracia, no solamente para las empresas, sino para la sociedad en general.
Los fondos europeos Next Generation se perciben como subvenciones gratuitas. ¿No es esta una forma de subvencionar cosas que no son competitivas?
Efectivamente. A mí lo que me da mayor tristeza es que por delante de España han pasado trenes muy importantes que hemos perdido. El último tren en pasar han sido estos fondos, pero cuando quienes están en el Gobierno son unos incompetentes con una atávica tendencia hacia la corrupción, viene ese dinero y suceden dos cuestiones. Primero, que no tienen programas suficientes para ejecutar proyectos interesantes con ese dinero y, segundo, que tienen gente a su alrededor que considera que parte de ese dinero va para ellos.
Nos vamos a encontrar con una oportunidad histórica para poder salir adelante, pero ese dinero se va a ir a chiringuitos, amigos y familiares, y lo pagaremos los españoles porque tenemos una deuda pública espectacular que no hemos tenido anteriormente. Ese dinero permite hacer reformas. Si una empresa recibe una cantidad a fondo perdido que es única, porque no la va a recibir todos los años, la utiliza probablemente para digitalizar la empresa, para automatizar determinados procesos y no ser tan dependiente de la fuerza laboral.
Ese dinero se tiene que gastar en inversión para ahorrar costes a futuro, pero se lo gastan en 300.000 funcionarios a los que habrá que seguir pagando su sueldo dentro de años. Esto va al desastre. Hay que buscar sistemas para todo se agilice más, pero a través de la digitalización y automatización de procesos. Hacemos fijos a gente que hemos colocado a dedo y ahora toda esa hipoteca, cuando los fondos se acaben, se pagará con más impuestos al resto de la población.
“Muchos políticos no saben gestionar, y eso acaba siendo un problema para los ciudadanos”
¿Qué reforma fiscal propondría usted para ganar en competitividad?
Yo apuesto por la reducción más absoluta que se pudiera hacer en el ámbito de los impuestos. Eso haría que toda la gente tuviera el dinero en su bolsillo y podría utilizarlo de mejor forma. Ahora se pagan más impuestos en un modelo de transferencia de rentas que no se destinan a la gente más necesitada, sino a los “amigos de”, “chiringuitos de” y a las “empresas del padre de”.
No se puede tener una fiscalidad basada en quitarle el dinero a las personas que se esfuerzan, trabajan y sacan rendimientos para dárselo a incompetentes que no han tenido muchas ganas de trabajar. La enseñanza es gratuita desde hace años y un ciudadano tiene que asumir las responsabilidades de su vida y sobre lo que ha hecho. Hay que reducir impuestos, es la mejor manera de que crezca el país.
¿Cree que las medidas tributarias del Ejecutivo van en línea correcta?
Para nada, se basan en cuánto dinero necesita el Gobierno para que sus miembros puedan seguir sentados ahí. Calculan cuánto dinero tienen que regalarles a los vascos, a los catalanes y a sus socios de colación para sus chiringuitos, porque si no, se pueden ir. Hacen estas operaciones y dicen: “necesito todo este dinero, se lo voy a sacar a los españoles”. Se les ocurren medidas como poner peajes a las autovías que ya existen. Las autovías no pertenecen a Sánchez.
Las autovías que ya existen las pagamos con fondos europeos de hace décadas y los españoles los hemos devuelto con nuestros impuestos. Sánchez comenta ahora que, porque pases por tu autovía que ya has pagado, te va a cobrar. ¿Y por qué? Porque necesito dinero para dárselo a los catalanes, vascos y socios de coalición y ministerios chungos. No es serio. Si necesita dinero, que reduzca el número de ministerios y de asesores, que es una vergüenza. En una situación en la que España pasa por una crisis económica por el Covid, perder todo eso es insultante.
¿En qué aspectos considera necesaria la colaboración público-privada?
Yo soy liberal. Liberal de verdad. Antes que la educación y la sanidad, hay un bien muy importante que es la alimentación. Es básica. No entiendo por qué no tenemos empresas públicas de alimentación. Funciona la alimentación con empresas como Mercadona y Carrefour, ¿por qué no hay empresas públicas de alimentación? Desde un punto de vista estrictamente ortodoxo, a la población que pueda necesitar y no accede a la Sanidad porque no puede pagarla en una privada, pues se le da un cheque para sanidad, pero no se necesitas que sea pública.
Lo que yo haría es financiar económicamente a las personas que tienen ese problema. No estoy diciendo que haya que privatizar absolutamente la sanidad, pero eso de la colaboración público-privada nos ha metido en la cabeza modelos que, en el fondo, desde un punto de vista teórico, se pueden debatir. Lo que sí tiene que ser la sanidad es accesible al que no tenga recursos para ella, igual que la alimentación. Y lo mismo con la enseñanza.
La enseñanza no tiene por qué ser pública, lo que tiene que ser es universal y gratuita y el que no pueda pagar le pueden dar un cheque y puede ir y elegir el colegio que él quisiera, pero esa gestión no la tendría por qué asumir el Estado. Esa es la gran contradicción, asume la gestión de la Sanidad y la Educación, pero no la de los supermercados. No tiene nada que ver con las necesidades, sino con los círculos de poder alrededor de eso.
“Parte del dinero de los fondos europeos va a ir a chiringuitos, familiares y amigos de los políticos”
¿Qué claves hay que seguir para ser un empresario de éxito?
No tengo ni idea. No suelo dar consejos. Te encuentras que gente muy diversa con recetas distintas han tenido éxito y otros que han tratado de repetir esas directrices no lo han conseguido. A veces es un poco misterioso. Suelen decir que hay que emprender y perseverar, yo no sé. Todo lo contrario. Diría que tengan cuidado y no emprendan porque, en ocasiones, parece todo muy fácil.
Alguno que ha cogido una indemnización para ser su propio jefe ha caído en manos de una gestoría que no le explica bien las situaciones. Si no está bien informado, es muy fácil que pierda todo, hasta la casa. Hay gente bien intencionada, pero que no tiene la suficiente formación. A veces, ocurre que alguien emprende, hace el trabajo y después pierde todo.
¿Qué análisis hace de su carrera?
Primero, «que me quiten lo bailao», me lo he pasado muy bien. Pero, sobre todo, me llevo la gente. He tenido la oportunidad de estar en una empresa potente con una marca atractiva y muy fuerte. Eso ha hecho que sea fácil que personas valiosas quisieran trabajar conmigo. He tenido la oportunidad de trabajar con los mejores equipos, gente de su padre y de su madre, pero cada uno siendo los mejores en sus disciplinas. Me he divertido mucho. Eso para mí es lo importante.